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A Oscuras: El apagón que desnudó la complejidad de la infraestructura moderna

El pasado lunes 28 de abril de 2025 quedará grabado en la memoria colectiva de España y Portugal como el día en que la luz se desvaneció, sumiendo a gran parte de la península ibérica en un silencio eléctrico sin precedentes. Un fallo en el sistema interconectado, con una pérdida de 15 gigavatios en apenas cinco segundos, desató una cascada de consecuencias que trascendieron la falta del suministro. El transporte se paralizó, las comunicaciones se interrumpieron y la actividad cotidiana se vio bruscamente alterada, dejando a flor de piel la intrincada red que sostiene la sociedad contemporánea.

La magnitud del apagón, que afectó a grandes centros como Madrid, Barcelona y Valencia, evidenció la dependencia absoluta de la electricidad en prácticamente todos los ámbitos de la vida moderna. Desde la operatividad de hospitales hasta el funcionamiento de los semáforos, pasando por la conectividad de internet y la disponibilidad de agua corriente, la ausencia de energía eléctrica reveló la fragilidad de una infraestructura que, por su eficiencia y omnipresencia, a menudo pasa desapercibida.

En el ámbito de la construcción y la gestión de infraestructuras, este evento pone de relieve la creciente complejidad de los sistemas y la necesidad de herramientas y metodologías que permitan una comprensión holística y una gestión más eficiente. Es aquí donde la metodología Building Information Modeling (BIM) emerge como un paradigma relevante. La cual originalmente concebida para la modelización digital de edificios, hoy se expandide progresivamente hacia la gestión integral de infraestructuras civiles, abarcando desde el diseño y la construcción hasta el mantenimiento y la operación.

La digitalización de las infraestructuras, un concepto intrínsecamente ligado a la implementación de BIM, implica la creación de modelos virtuales inteligentes que contienen información detallada y actualizada sobre todos los aspectos de un activo físico. Estos modelos también integran datos sobre sus componentes, materiales, rendimiento, costos y ciclo de vida. En el contexto de un sistema eléctrico complejo como el español, un modelo virtual detallado (como un modelo BIM) podría ofrecer una representación exhaustiva de la red, facilitando la comprensión de las interconexiones, los puntos críticos y las posibles áreas de vulnerabilidad.

La integración de la información generada a través de las metodologías como la de BIM podría potenciar la labor de los ingenieros y técnicos, proporcionando una base de datos centralizada para el análisis, la simulación y la toma de decisiones. Por ejemplo, la simulación virtual de escenarios de fallo podría ayudar a identificar los puntos débiles en la red y a diseñar sistemas de contingencia más robustos.

La gestión de activos, una disciplina cada vez más relevante en el ámbito de las infraestructuras, también se vería beneficiada por la digitalización. Un modelo de información rico y actualizado permitiría una planificación eficiente del mantenimiento preventivo, la optimización de los recursos y la evaluación del impacto de posibles fallos. La capacidad de visualizar y analizar la información de manera integrada podría facilitar la identificación de patrones y tendencias que de otra manera pasarían inadvertidos.

Si bien la causa exacta del apagón aún se encuentra bajo investigación, este evento subraya la importancia de la resiliencia en el diseño y la gestión de infraestructuras críticas. La capacidad de un sistema para resistir, absorber, adaptarse y recuperarse de eventos disruptivos es fundamental en un mundo cada vez más interconectado y dependiente de la tecnología. La digitalización, a través de metodologías como BIM, y la aplicación rigurosa de principios de ingeniería en todas las etapas del ciclo de vida de una infraestructura, podrían contribuir significativamente a fortalecer esta resiliencia.

El apagón del 28 de abril no solo generó inconvenientes inmediatos, sino que también sirvió como un recordatorio de la complejidad subyacente a los servicios que consideramos básicos. A medida que las investigaciones avancen y se esclarezcan las causas de este fallo, la atención se centrará inevitablemente en las medidas necesarias para evitar que se repita. En este contexto, la adopción de herramientas y metodologías que permitan una comprensión más profunda y una gestión más eficiente de nuestras infraestructuras, como la metodología BIM y la digitalización, podría desempeñar un papel crucial en la construcción de un futuro más resiliente y seguro.