Citicorp Center: Cómo un Desastre Inminente Forjó Lecciones para la Era BIM

Citicorp, Bim y la tormenta
El Citicorp Center (hoy Citigroup Center) se innaguro en Nueva York en 1977, es un rascacielos de 59 plantas y 279 metros, símbolo de innovación en ingeniería. Pero tras su fachada, una vulnerabilidad estructural amenazó con una catástrofe un año después de su apertura, poniendo en riesgo a miles.
Esta es la historia de un coloso al borde del abismo, del dilema ético de su ingeniero, William LeMessurier, y de los esfuerzos secretos para salvarlo. Y surge la pregunta, ¿cómo la metodología BIM (Building Information Modeling) podría haber cambiado este drama arquitectónico?
Un Diseño Poco Convencional: Maravillas de la Ingeniería y Desafíos Imprevistos
El diseño del Citicorp Center, por Hugh Stubbins y el ingeniero William LeMessurier, enfrentó un reto inicial: la Iglesia Luterana de San Pedro, que debía permanecer en su esquina. LeMessurier innovó elevando la torre sobre cuatro pilares de 34 metros situados en el centro de cada fachada, no en las esquinas, permitiendo que estas volaran 22 metros sobre la iglesia.
Para transferir las cargas de viento a estos apoyos, ideó un sistema de arriostramiento diagonal en forma de chevrones invertidos. Este diseño aligeró la torre, pero la hizo más susceptible a oscilaciones. Para contrarrestarlas, se instaló el primer amortiguador de masa sintonizado (TMD) en un rascacielos: 400 toneladas de hormigón en la cima, diseñado para confort, no para estabilidad estructural crítica.
La cubierta inclinada a 45 grados, inicialmente para paneles solares, se mantuvo por estética. Esta solución para la iglesia generó trayectorias de carga no convencionales, el futuro talón de Aquiles del edificio. La ligereza exigió la adaptación de un TMD que dependía de la electricidad, el cual se convertiría en otro punto de vulnerabilidad. El diseño desafiaba los límites de la ingeniería y los códigos de la época.
La Pregunta de una Estudiante fue la Crisis de un Ingeniero
En junio de 1978, Diane Hartley, estudiante de arquitectura en Princeton, cuestionó la estabilidad del Citicorp Center frente a vientos diagonales (quartering winds) para su tesis. El código de Nueva York de 1970 no exigía considerar estos vientos para tal diseño y LeMessurier inicialmente defendió su obra, pero la duda persistió.
Al recalcular, descubrió que los vientos diagonales aumentaban la tensión en las riostras en V un 40%. El problema se agravó por un cambio constructivo: las uniones de los chevrones, originalmente soldadas (más resistentes), se sustituyeron por atornilladas (más baratas) a propuesta de Bethlehem Steel, con aprobación de la oficina de LeMessurier, pero sin que él evaluara a fondo el cambio hasta poco antes de la llamada de Hartley.
Su firma no recalculó las uniones atornilladas para vientos de esquina. La combinación fue crítica: el 40% más de tensión por vientos diagonales implicaba un 160% más de carga sobre las uniones atornilladas, más débiles. El edificio era vulnerable a una tormenta que podía ocurrir cada 16 años. Pruebas en el túnel de viento de Alan Davenport confirmaron e incluso agravaron los temores. Un diseño innovador, códigos limitados, un cambio constructivo por costes y una falta de reanálisis exhaustivo confluyeron en la crisis.
Responsabilidad, Ética, Secreto y una Carrera Contra el Tiempo
A finales de julio de 1978, LeMessurier enfrentó una crisis monumental. Optó por la responsabilidad sobre el silencio o la ruina, afirmando su «obligación social». Informó a sus aseguradores, a Stubbins y, a principios de agosto, a los directivos de Citicorp, John Reed y Walter Wriston, quienes apoyaron las reparaciones.
Se decidió reparar en secreto para evitar el pánico. El Project SERENE implicó soldar placas de acero sobre las 200 uniones atornilladas defectuosas. Los soldadores trabajaron de noche, de agosto a octubre de 1978, con el edificio operativo de día. La tensión aumentó a principios de septiembre con el huracán Ella amenazando Nueva York mientras las reparaciones estaban a medias.
Se prepararon planes de evacuación secretos y afortunadamente Ella se desvió. Una huelga de prensa en Nueva York ayudó a mantener el secreto y la historia completa no se conoció hasta el artículo de Joe Morgenstern en The New Yorker en 1995.
LeMessurier fue elogiado por su ética, y su reputación se fortaleció. Sin embargo, el secretismo de casi dos décadas retrasó lecciones valiosas para la industria. La suerte, con el desvío de Ella y la huelga, también fue un factor.

Re-imaginando el Pasado: ¿Podría BIM Haber Evitado o Mitigado la Crisis?
La historia del Citicorp es un drama analógico. ¿Qué habría pasado con BIM? BIM crea un modelo 3D digital centralizado, una «única fuente de verdad» con objetos paramétricos que contienen datos y relaciones. Podría haber influido en una detección temprana del fallo (Vientos de Esquina, ya que con un análisis estructural integrado se habría podido simular todos los vientos exhaustivamente en la fase de diseño. En la gestión del cambio de uniones, el cambio a uniones atornilladas se registraría formalmente y las propiedades de resistencia de las uniones se actualizarían. Este cambio sería visible para todos, incluido LeMessurier, y reejecutar análisis estructurales con las nuevas propiedades probablemente habría revelado el aumento de tensión del 160% antes de la construcción. Al tener un entorno común de datos (CDE) se habría asegurado que LeMessurier, su oficina y Bethlehem Steel trabajaran con la misma información y la aprobación del cambio se documentaría, facilitando la revisión. Un plan de ejecución (BEP), al detalle que hubiese definifo la responsabilidad de cada una de las personas que intervinieron y por ultimo pero no menos importante, se podrían haber realizado una detección de «conflictos» estructurales basadas en reglas, resaltando elementos que excedieran tolerancias de tensión, actuando como detectores de «conflictos de integridad estructural».
BIM habría hecho la información crítica visible, rastreable y analizable proactivamente. Su aspecto colaborativo podría haber evitado la brecha comunicacional. BIM es un proceso y una herramienta; su eficacia depende de datos correctos y principios de ingeniería sólidos, no sustituye el pensamiento crítico. Aunque los códigos de edificación eran deficientes, BIM podría haber proporcionado datos para cuestionarlos. Detectar el fallo en diseño habría cambiado el dilema ético de LeMessurier, enfrentándolo a corregir un error antes de la construcción.
Ecos del Citicorp: Lecciones Perdurables para una Industria Transformada Digitalmente
La saga del Citicorp Center es un testimonio de integridad profesional. La ética de LeMessurier, priorizando la seguridad pública, es un referente. El caso subraya la necesidad de revisión rigurosa del diseño y de cuestionar supuestos.
La pregunta de Diane Hartley fue vital. Hoy, BIM ofrece herramientas potentes para mejorar este rigor: simulaciones exhaustivas, mejor colaboración y gestión transparente de cambios. Pero el factor humano —diligencia, juicio ético y voluntad de preguntar— sigue siendo crucial.
La crisis del Citicorp, irónicamente, pudo fortalecer la profesión como caso de estudio en ética y supervisión. Evidencia también que los códigos suelen ser reactivos; la omisión de vientos de esquina en el código de Nueva York de 1970 fue un fallo sistémico.
BIM ayuda a los ingenieros a ir más allá de los mínimos del código, fomentando un enfoque proactivo de la seguridad. Aprendiendo de estos eventos y adoptando BIM, la industria AEC puede mejorar la seguridad y eficiencia.
La lección es la sinergia entre inteligencia humana, ética y tecnología. BIM no es una panacea, sino un amplificador de buenas prácticas. El objetivo: edificios robustos por diseño y transparentes por proceso, protegiendo vidas.