Debido a la envergadura del proyecto el uso integral del BIM era un requisito imprescindible. Por ello, el equipo BIM diseñó un BIM Execution Plan (BEP) que sirvió para organizar los diferentes grupos que intervenían en el proyecto con el objetivo de unificar la manera en que se iban a desarrollar, compartir y utilizar los modelos BIM.

Descripción del éxito alcanzado

El BIM fue clave para coordinar a equipos de diferentes características, culturas y lugares de procedencia, que terminaron por hablar un mismo lenguaje metodológico y perseguir unos mismos objetivos. 

A partir de un LOD 200, se desarrolló el modelo hasta el LOD300, añadiendo detalles constructivos y especificaciones que facilitarían los trabajos constructivos, iniciados en paralelo al desarrollo del proyecto. De esta manera, el BIM se convirtió en proyecto de forma sincronizada con los diseños as built, lo que permitió acelerar de forma significativa el proceso. 

Las diferentes disciplinas disponían de múltiples modelos que semanalmente se unificaban en un modelo máster de coordinación, lo que permitió a los equipos avanzar con la total seguridad de disponer la información actualizada y poder centrarse en su especialidad.

En contadas ocasiones fue necesario revisar las distribuciones, fachadas, especificaciones técnicas, que podían implicar el rediseño del proyecto en una fase ya avanzada. El BIM se convirtió en una herramienta indispensable para la comparación de las diferentes versiones durante el transcurso del proyecto. Su aplicación sirvió también para producir renders, vídeos y todo tipo de vistas para comprender el proyecto de manera ágil, por lo que la toma de decisiones fue mucho más sencilla y productiva.