Edificación residencial

Quayside (Toronto) utilizará BIM para la construcción de sus viviendas y edificios

La creación de nuevas ciudades ha llegado al punto de ser una necesidad. La sociedad crece a un ritmo acelerado que cuesta controlar y los datos actuales lo demuestran. Un estudio de la ONU afirma que en 2050 el 68% de la población mundial vivirá en zonas urbanas dejando de lado las rurales. Un hecho al que hay que hacer frente y para ello, la organización propone el desarrollo urbano sobre objetivos sostenibles basados en la vivienda, el transporte, la energía, etc. Según Alphabet, la compañía matriz de Google, llevar a cabo esas iniciativas es también cuestión de datos y de la creación de ciudades smart basadas en tecnologías como la inteligencia artificial o la alta conectividad. 

Unas teorías que dejan de serlo con proyectos como la ciudad el futuro de Quayside en Toronto liderado por la firma de innovación urbana Sidewalk Labs. En ella, se incluirán innovaciones en urbanismo, construcción e ingeniería. Una idea de metrópoli inteligente que surge como respuesta a la petición gubernamental de querer revalorizar una tierra industrial en proceso de desamparo. 

La función del BIM en la creación de Quayside


En el proyecto de la “ciudad del futuro”, la metodología BIM también tiene una importante implicación. Concretamente en el apartado de construcción de viviendas basadas en casas asequibles de madera. Un material más sostenible y renovable que implica a la vez una resistencia tan fuerte como la que aporta el hormigón. 

La compañía Sidewalks tiene claro que el objetivo es edificar rápido, sostenible y barato. Para ello, utilizará la metodología BIM que permitirá coordinar toda la cadena de suministro bajo un código basado en la información obtenida por los sensores ambientales. 

Materiales como la madera en masa o el yeso Shikkui contribuirán a paliar el efecto invernadero y a reducir los tiempos de aplicación. La primera se considera tan fuerte y resistente como el acero o el hormigón y el segundo,  sostenible porque nace de la mezcla de algas y cáscaras de huevo.

El gran reto de este proyecto es la creación de edificios inteligentes y flexibles que se acomoden a las necesidades de los ciudadanos de forma sutil. Esta transversalidad aplicada al sector de la construcción la describe Raphael Gielgen, jefe de investigación y búsqueda de tendencias de Vistra, como una de las claves para el desarrollo de espacios inteligentes: «Hay dos aspectos fundamentales que hemos aprendido en la arquitectura desde nuestra experiencia. Lo primero, que la construcción de una ciudad hay que verla como un objeto escultórico que forma parte de un paisaje. Caminamos por su estructura para disfrutar y comprender tanto su aspecto externo como su forma global, así como el juego de luces y sombras que envuelve su volumen”.
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Como segundo, destaca, «tiene un lado más experimental y se basa en la experiencia directa que mantenemos con el edificio a través del tiempo. Si nos movemos de un lugar a otro, este también cambiará también con nosotros». Sidewalk Labs propone viviendas loft que asuman la función modular a través de un sistema de muros flexibles que se puedan mover y cambiar fácilmente para reducir así el coste de futuras reformas. De esta manera, los edificios podrán también adoptar diferentes usos a lo largo de su vida. 


Por otro lado, el proyecto basará su plan sostenible en herramientas digitales que permitan incluir,  por ejemplo, en el diseño de edificios de eficiencia energética elementos como wifi en la parte frontal. Gracias a esto, se podrían optimizar los sistemas de construcción y administrar el uso de energía sin la implicación de combustibles fósiles. Otros casos serían la mejora del reciclaje en los hogares o la protección del agua de la costa. 

Imágenes extraídas de El País, fuente original SIDEWALK LABS