Implementación BIM

La tecnología BIM puede ser un arma anticorrupción para México

La plataforma tecnológica de trabajo colaborativo conocida como BIM (Modelado de Información para la Construcción, por sus siglas en inglés) está surgiendo como una de las herramientas más modernas y eficientes para mitigar la corrupción en la industria de la construcción.

Su uso es cada vez más común en México, aunque aún no es un requisito obligatorio como en el Reino Unido, donde desde el año pasado es obligatorio para los proyectos de obras públicas.

“El proceso BIM implica hasta 70 programas de software, distintos equipos de hardware y especialistas que conforman un ecosistema coordinado e interdisciplinario, en el que cada una de las partes involucradas tiene acceso a toda la información en tiempo real”, explica la arquitecta Angélica Ortiz, directora de BIM del Consorcio IUYET, encargado de desarrollar la ingeniería del Tramo III del Tren Interurbano México-Toluca, que incluye la estación Santa Fe y la terminal Observatorio, correspondientes a la Ciudad de México.

Este esfuerzo colectivo permite que la información sobre estructuras, instalaciones y acabados se introduzca al sistema de manera simultánea, agilizando la gestión de cambios y evitando errores.

En el caso del tren, las bases de la licitación exigían la inclusión del BIM. La plataforma permitió realizar un levantamiento topográfico de alta resolución (HDS) con 2,000 escaneos, que capturaron una realidad milimétricamente precisa y georreferenciada.

Esto permitió ubicar con exactitud las líneas de distribución del sistema Cutzamala y evitar interferencias que pudieran afectarlas, señala Guillermo Ortiz, director general del Consorcio IUYET.

Mediante drones batimétricos de calidad cinematográfica y escáneres terrestres, se creó una nube de puntos que representó fielmente el entorno (1 millón de puntos por segundo). Esto permitió diseñar con precisión las estructuras construidas a lo largo del tramo de 17 km, evitando colisiones con los grandes edificios de Santa Fe o con las líneas de alta tensión de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

José Luis Sandoval, vicepresidente de Instituciones en la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), organización que ha promovido el uso del BIM desde 2011, comenta que además de su capacidad de visualización —que por su apego a la realidad ayuda al cliente a tomar decisiones más rápidamente—, es imposible hacer cambios sin justificación y es fácil analizar si se han desviado recursos financieros.

Esto lo convierte en una medida anticorrupción. Aunque José Pablo García, director general de la Fundación de la Industria de la Construcción para el Desarrollo Tecnológico y de la Productividad (FIC), que forma parte de la CMIC, aclara que “no se ha promovido como una herramienta anticorrupción”.

Su transparencia es evidente. Sandoval comenta que en junio de este año, la CMIC fue invitada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) para coordinar un seminario de tres días con los directores generales de distintas dependencias gubernamentales, a quienes se les explicó de qué se trata el BIM.

“Uno de sus principales objetivos es combatir proyectos corruptos, provocados por diseños mal hechos que dejan abierta la puerta a llenar huecos de manera indebida”, asegura.

En el nuevo aeropuerto

En el caso del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, el proyecto más grande del país diseñado con BIM, la oficina de Norman Foster realizó el diseño utilizando esta plataforma, lo que requirió la intervención de la CMIC y un estudio topográfico realizado por IUYET con rayos láser.

Pero para llegar a un momento como el que vive el Reino Unido, “sería necesaria una decisión ejecutiva por parte del gobierno federal y de los gobiernos estatales para tomar la iniciativa de digitalizar la industria de la construcción”, afirma García.

El arquitecto Pablo Lezama, director de Innovación en Rizoma Ingeniería, quien cursa una Maestría en Innovación Empresarial en transparencia en obra pública, aclara que BIM es una herramienta muy transparente, pero eso no significa que por el simple hecho de usarse en obras públicas, estas sean transparentes.

“Ayuda a los diseñadores a hacer su trabajo, ayuda a las constructoras a vigilar a los contratistas y ayuda al gobierno a asegurar que las constructoras trabajen con eficiencia, pero se han olvidado de escalarlo al usuario más importante, el público.”

Agrega que mientras BIM no permee en la sociedad, no tendrá un impacto significativo en términos de transparencia. “El BIM puede generar buenas prácticas, pero ¿quién va a vigilar el desempeño del gobierno?”