Catalunya Media City: Transformación de la antigua central térmica de Sant Adrià

El Catalunya Media City estará ubicado en el litoral metropolitano de Barcelona, donde el río Besòs entrega sus aguas al Mediterráneo y donde ya se alza un coloso de hormigón que ha dominado el horizonte durante medio siglo. La antigua central térmica de Sant Adrià de Besòs con sus tres imponentes chimeneas de 200 metros de altura, es un ícono tan amado como controvertido. Una catedral del brutalismo industrial que fue el motor energético de una era y que, tras su silencio en 2011 se sumió en un letargo de óxido y olvido.
Hoy ese gigante se despierta en un ambicioso proyecto, bautizado con la frase felliniana “E la nave va, que se prepara para transformar este vestigio del pasado industrial en el Catalunya Media City, un vanguardista hub audiovisual y de artes digitales abierto al mar y a la ciudadanía.
Como hemos visto en otras oportunidades, la reconversión de infraestructuras industriales obsoletas es uno de los mayores desafíos y a la vez, una de las más grandes oportunidades para la arquitectura y el urbanismo contemporáneos. No se trata simplemente de demoler y reconstruir, sino de dialogar con la memoria del lugar.
Los estudios de arquitectura Garcés De Seta Bonet de Barcelona y los neoyorquinos MARVEL han entendido esta premisa. Su propuesta no busca borrar la imponente huella de la central, sino reinterpretarla. El corazón de la intervención se centra en la colosal sala de turbinas, un espacio diáfano de dimensiones sobrecogedoras que se convertirá en el epicentro de la creación digital.

El proyecto concibe este espacio como un centro neurálgico para el desarrollo, la producción y la experimentación tecnológica. Será un ecosistema donde convivirán platós de rodaje con tecnología de última generación, espacios para el desarrollo de videojuegos, centros de investigación en inteligencia artificial, realidad virtual y áreas formativas.
La visión es posicionar a Cataluña como un referente internacional en una industria audiovisual que redefine constantemente sus fronteras. La elección del nombre «Y la nave va» no es casual y simboliza el inicio de un nuevo viaje, una travesía desde la era del carbón y el vapor hacia la era del bit y el píxel.
Arquitectónicamente el reto es enorme, ¿cómo dotar de calidez y funcionalidad a una estructura concebida para la fuerza bruta de las máquinas? La propuesta de Garcés De Seta Bonet y MARVEL opta por una estrategia de acupuntura. En lugar de una reforma invasiva, se insertarán nuevas volumetrías y se respetará la escala y el carácter del edificio original. El hormigón desnudo y las cicatrices del tiempo en la estructura se mantendrán como testimonio, entrando en un diálogo con los nuevos materiales más ligeros y tecnológicos.
Una de las ideas más potentes del proyecto es la creación de una «piel tecnológica» es decir una fachada mediática que envolverá parte del complejo y será capaz de proyectar imágenes y luz, convirtiendo al propio edificio en un lienzo de comunicación y arte digital.
Es en este punto, en la confluencia de la rehabilitación de una estructura compleja y la integración de sistemas tecnológicos de vanguardia, donde el BIM deja de ser una herramienta para convertirse en el sistema nervioso central del proyecto. Un proyecto de esta envergadura sería prácticamente inviable sin un gemelo digital preciso y dinámico.
El primer paso ineludible es el «Scan-to-BIM». Mediante un escaneo láser de alta precisión, se genera una nube de puntos que captura hasta el último rincón del estado actual de la central. Este modelo digital es el diagnóstico exacto del paciente. Va a permitir trabajar sobre una réplica virtual milimétrica, analizar el estado de la estructura, planificar refuerzos y fundamentalmente evitar las sorpresas que siempre surgen al intervenir en edificios antiguos.
En segundo lugar, el BIM se vuelve crucial para la coordinación multidisciplinar. En el Catalunya Media City confluirán estructuras preexistentes, nuevas construcciones, sistemas de climatización complejos, redes de datos de alta velocidad, instalaciones eléctricas de gran demanda y un sinfín de equipos audiovisuales especializados.
Gestionar esta densidad de sistemas en planos 2D tradicionales sería una receta para el desastre. A través de un modelo BIM centralizado en un Entorno Común de Datos (CDE), los equipos de profesionales y los futuros proveedores tecnológicos pueden superponer sus diseños, detectar interferencias y resolver conflictos de forma virtual antes de que se materialicen en la obra.
Además, el BIM será el gran aliado de la sostenibilidad, uno de los pilares del proyecto. El plan incluye la instalación de más de 4.500 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos. El modelo digital permite realizar simulaciones energéticas para optimizar la orientación y el rendimiento de estos paneles, así como para analizar el comportamiento térmico del edificio y diseñar sistemas de climatización pasiva y de bajo consumo.
El propio acto de rehabilitar, de aprovechar la cantidad de carbono incorporado en el hormigón original, es ya la decisión más sostenible de todas. El BIM ayuda a cuantificar y certificar este compromiso, extendiendo su utilidad más allá de la construcción hacia la gestión y el mantenimiento del edificio a lo largo de todo su ciclo de vida.
Más allá de la proeza técnica y arquitectónica, el verdadero calado del proyecto está en su impacto urbano y social. La central térmica fue una barrera infranqueable entre el municipio de Sant Adrià y su frente marítimo. El Catalunya Media City se concibe como un proyecto permeable que busca cerrar esa fisura urbana generando nuevos espacios públicos, paseos y zonas verdes que conectarán la ciudad con la playa. Dejará de ser un fondo de postal industrial para convertirse en un destino, un lugar de encuentro y de creación abierto a todos.
El gigante de hormigón del Besòs que durante décadas produjo kilovatios para iluminar hogares y mover fábricas, se prepara ahora para generar creatividad, innovación y cultura. Su transformación es un poderoso símbolo de la reconversión de nuestro tiempo, un manifiesto construido que demuestra cómo el respeto por el patrimonio industrial, la visión de futuro y la inteligencia tecnológica como la que aporta el BIM, pueden confluir en una nueva sinfonía de progreso en la costa de Barcelona. La nave, definitivamente, va.