BIM News

El pasado 22 de abril se celebró en todo el mundo el Día Internacional de la Tierra, una iniciativa que busca concienciar a los ciudadanos de los problemas de sobrepoblación, polución y la importancia de preservar la biodiversidad que existe en nuestro planeta.

Para que nos hagamos una idea de la situación actual, sólo en Estados Unidos el sector de la construcción es responsable del 30% de los gases invernadero que se vierten a la atmósfera y generan más de 136 millones de residuos; en China, uno de los países más poblados del mundo, los niveles de contaminación son tan alarmantes que el gobierno ha tenido que decretar en varias ocasiones el nivel de alerta, obligando a cerrar carreteras y a cancelar vuelos; y en otras partes del globo la situación no es mucho mejor, ya que el aumento de la temperatura de la tierra está provocando el derretimiento de los polos y el desnivel del mar.

Las soluciones pasan por propuestas como el Tratado de París contra el cambio climático firmado en la capital gala por más de 170 países que buscan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, pero hace falta seguir trabajando.

El sector AECO, clave en la lucha contra el cambio climático

Desde el sector AECO existen varias opciones para hacer de nuestro planeta un lugar mejor: por ejemplo, el BIM. Según Ian Sutton, director asociado del CBRE Building Consultancy, las innovaciones de este tipo de metodología permiten calcular toda la información necesaria para el diseño de un edificio antes de su construcción de manera que podamos realizar un acercamiento más sostenible e inteligente. Algunas de sus principales ventajas son:

• Mayor poder de decisión: la posibilidad de generar varios diseños sobre un mismo modelo permite realizar una comparativa a tiempo real de cuál es la mejor opción para cada edificio. A esto también se le suman las herramientas de análisis de datos como la luz solar, la temperatura o las condiciones del terreno, al servicio de los arquitectos.


• Mejor análisis: BIM trabaja con modelos 3D, que ayudan a los arquitectos a disponer de un diseño mucho más detallado y completo de cada elemento, por lo que podrán realizarse análisis de cantidades y detección de conflictos con mayor eficacia. Esto hace que se puedan tomar importantes decisiones antes de la construcción del edificio que ahorrarán tiempo, esfuerzo y dinero.


• Rápido y fácil acceso a la información: el principio colaborativo del BIM es básico para la interoperabilidad de los agentes del proyecto. Toda la información queda almacenada en un sistema común alojado en la nube y al cual, cada una de las partes involucradas en el proyecto pueden modificar y añadir nuevos elementos.


• Control del ciclo de vida del edificio: al disponer de toda la información digitalizada en la nube, es más sencillo controlar el ciclo de vida de un edificio, así como los desperdicios que genera.

iTWO, la ciudad del futuro de RIB

RIB ha ideado iTWO, una smart city diseñada con la metodología BIM basada en los principios del aprendizaje permanente y el envejecimiento saludable. Su principal filosofía es la de aunar diferentes generaciones y culturas para crear un espacio que dé respuesta a las necesidades de la vida moderna a todos los niveles, tanto en lo personal como en lo profesional.

Este proceso parte de un modelo virtual que será la base para el modelo físico BIM 3D, en el que todas las partes implicadas podrán analizar el diseño y escoger cuál es la mejor opción para cada necesidad. Algo parecido sucede en Seúl, en donde los usuarios tienen acceso a la plataforma municipal llamada Sharehub, en donde compartir cómo hacer de las ciudades un espacio razonable y sustentable para vivir.  

Iniciativas sostenibles y económicas

Conocer las características de nuestra ciudad nos permitirá ser mucho más eficientes, sostenibles y cuidados con el medio ambiente. Es el caso de Siemens, que ha creado el semáforo más económico del mundo que evita más de 6.000 de emisiones nocivas de carbono al año, algo que reduciría notablemente los índices de contaminación una vez implantado.

Otra opción es la de apostar por las energías renovables. El Solar Impulse II es el primer avión propulsado únicamente por energía solar que intenta dar la vuelta al mundo. El aparato no hace ruido, no contamina y supone una revolución en su campo de la aviación.

El Solar Impulse II, pilotado por su propio creador Bertrand Piccard, partió el 28 de junio de 2015 de la ciudad japonesa de Nagoya y el día 25 de abril aterrizaba en la ciudad de San Francisco. Su próximo destino es Nueva York y Europa.

Otra de las filosofías, junto con el BIM, que pueden ayudarnos a convertir nuestra ciudad en un espacio más sostenible es el LEAN, ya que crea valor para el cliente y contribuye a disminuir los desperdicios durante el proceso productivo.

Su metodología nace en los talleres de Toyota en los años 60 y se basa en cinco pilares: organizar, ordenar, limpieza, estandarización y hábito.

Aunque todavía sigue siendo una filosofía desconocida, ya hay muchas ciudades que intentan reducir las emisiones contaminantes y promover una actitud sostenible: Hamburgo han prohibido el uso de plástico en los edificios de organismos públicos, en Milán y Francia las empresas pagan a los trabajadores que acudan a sus puestos laborales en bicicleta y en Oslo se está trabajando para evitar que los coches circulen por el centro de la ciudad de aquí al 2019.

Por su parte, en Copenhague ya es obligatorio los llamados “techos verdes” en todos los nuevos edificios cuyos techos tengan una temperatura de 30 grados. Esta iniciativa ayudará a reducir la temperatura ambiental y absorberán hasta el 80% del agua de la lluvia. 

Si te interesa aprender más cosas sobre el LEAN, no te pierdas el evento que ha organizado ITeC para los próximos días 11, 12 y 13 de mayo: el Lean Barcelona: The Last Planner System.