What will Brexit mean in the AECO sector?
The departure of the UK from the EU generates innumerable unknowns in one of the pioneering countries of the BIM
Reino Unido vive una de las épocas más confusas de los últimos años. Tras el pasado referéndum en el que el pueblo inglés dijo "SI" a la idea de salir de Europa, ahora se le suma la dimisión de su presidente, David Cameron, y una fuerte y convulsa situación en las bolsas que ha dejado el valor de la libra bajo mínimos. Mientras los líderes europeos se preguntan qué será ahora del futuro de la unión, el sector AECO se plantea también cómo se verá afectado el proceso de digitalización a partir del BIM, si tenemos en cuenta que el Reino Unido es uno de los países pioneros conjuntamente con Finlandia o Canadá.
Hacia un muro de ladrillos
Según un artículo publicado en un conocido medio inglés, la industria de la construcción de Reino Unido podría darse de bruces contra "una pared de ladrillo" a principios del próximo año, debido a la gran incertidumbre creada por el Brexit. Esto se debe, en parte, al hecho de que tras el referéndum muchos inversores internacionales han pausado sus futuras aportaciones en el sector de las infraestructuras y en siete u ocho meses, podríamos estar hablando de cientos de proyectos en stand by. Por no hablar de la inversión económica, unos 20 mil billones de libras en infraestructuras y otras edificaciones, que ponen en riesgo proyectos como la ampliación del aeropuerto de Heathrow o la central nuclear de Hinkley Point en Somerset.
El sector también se verá afectado por la inestabilidad económica actual, con posibles cambios en los impuestos y una reducción de la inversión extranjera en el Reino Unido. El suministro de bienes y servicios a la industria pueden encarecerse, por lo que el coste de los proyectos subirá también. A esto hay que sumarle cualquier restricción en la disponibilidad de los trabajadores migrantes de países de la UE, que podrían tener problemas burocráticos para trasladarse a territorio británico.
Las empresas de la construcción pueden beneficiarse de los cambios en las normas de contratación pública si el sector público del Reino Unido incrementa los proyectos abiertos a empresas locales. Sin embargo se podría producir un detrimento en las empresas que buscan hacer negocios con los estados miembros de la UE, quedando excluidas de los contratos de licitación.
Un sector ya estancado
Según la encuesta mensual Markit/CIPs para mayo, el Brexit no ha hecho sino poner de manifiesto algo ya evidente: que el sector de la construcción inglés lleva meses estancado. La industria, que representa un 7% del PIB de Reino Unido, se enfrenta a un mínimo de dos años de incertidumbre (es el tiempo estimado que tardará el país en abandonar la Unión Europea) y algunas de sus empresas más punteras de construcción civil como Balfour Beatty y Carillion ya han sufrido pérdidas a raíz del referéndum.
Aunque este no es el único terreno que preocupa al sector, los aeropuertos también son un foco de conflicto, sobre todo si el país acaba por caerse del Acuerdo de Cielos Abiertos que permite a cualquier compañía de la UE volar entre dos puntos cualesquiera de Europa.
Sajid Javid, secretario de negocios, ha intentado calmar los ánimos y aboga por trabajar de manera coordinada para facilitar la salida. No obstante, numerosos detractores como el grupo CBI, han criticado duramente que el gobierno no tenga un plan post-Brexit y que hayan empujado al país a una situación de crisis gratuita. En todo este desconcierto, todavía hay sectores que se han mantenido expectantes tras la decisión del "Si" a ver qué nuevos acuerdos comerciales se proponen desde la UE y Reino Unido. Boris Johnson, político precursor del Brexit, ha sugerido que el Reino Unido retendrá el "acceso" al mercado único de la UE, aunque esto implicaría que el país siguiera aceptando la libre circulación de personas de Europa, hecho que ya fue una de las principales fuentes de descontento popular en la campaña contra la UE.
Cierta estabilidad en los proyectos de infraestructuras de la Unión Europea
Tras el Brexit, la libertad de las empresas Británicas para participar en los procesos de licitación gestionados por los organismos públicos de los países pertenecientes a la Unión Europea y el Espacio Económico Europeo dependerá de la futura relación entre las tres partes. La mejor opción sería que el Reino Unido se adhiera a la Asociación Europea de Libre Comercio o al Acuerdo sobre Contratación Pública o a través de un acuerdo bilateral de libre comercio. En el improbable caso de que esto no sucediera, todavía sería posible que las impresas inglesas pudieran eludir las barreras en licitación de proyectos de la Unión Europea a través de la propiedad o de asociarse con una empresa local.
Pocos cambios en las políticas de deshechos
Gran parte de la política de residuos actual del Reino Unido se deriva de la propia Directiva de Residuos de la UE. Esto se ha convertido en un factor clave para la industria de gestión de residuos y reciclaje en el Reino Unido, dando lugar a la reducción de los vertederos, un cambio de comportamiento del consumidor y el desarrollo de la energía procedente de las plantas de residuos. No obstante, el Brexit no provocará un cambio significativo en las políticas medioambientales, al menos, a corto plazo.
Por otro lado, puede producirse una menor presión a las autoridades locales para cumplir con los objetivos fijados por la directiva de la UE sobre vertederos: para reducir el vertido de residuos mediante la introducción de requisitos técnicos específicos para estos deshechos. El incumplimiento de estas directrices han supuesto multas para los ayuntamientos que ya se han comprometido a gestionar los residuos a largo plazo, ya sea a través de PPP u otras formas de subcontratación que impliquen la obligada reducción de vertidos.
Cómo afectará el Brexit a España
La salida del Reino Unido de la Unión Europea también tendrá consecuencias en la economía de nuestro país, ya que hablamos del tercer destino de las exportaciones de materiales y maquinarias para el sector de la construcción, por detrás de Francia y Alemania. Por lo tanto, lo que más se vería afectado serían las exportaciones españolas, mientras que si el valor de la libra sigue bajando, se produciría un aumento de la compra de productos británicos.
Los fabricantes españoles temen la creación de aranceles que encarezcan sus productos, aunque todo depende de las relaciones comerciales que adopte el país con la UE. Un acceso total al mercado único y libre circulación de mercancías, servicios y capitales, sería la mejor opción.
Otro aspecto es la venta de viviendas. Se estima que muchos de los turistas británicos que visitan nuestro país deciden quedarse, en especial los jubilados, que invierten en propiedades en la costa Mediterránea, concretamente Andalucía y Comunidad Valenciana. En caso de que el valor de la libra siga decreciendo, muchos de los británicos que tenían pensado trasladarse a España decidan no hacerlo o incluso vendan sus propiedades.
Empresas como Ferrovial, Abengoa, FCC o ACS se encuentran actualmente trabajando en diferentes proyectos de infraestructuras en Reino Unido, ya que es uno de los países que más está invirtiendo en este tipo de dotaciones. Dependiendo de la manera en que se mantenga la libra, se podría producir un recorte de los ingresos y sobre todo de los beneficios de las empresas españolas.